Algunas veces, cuando ya el furor del día ha pasado y la noche cae sobre la ciudad me detengo por un momento a pensar en las cosas que han sido, el camino por el que he andado y las sendas que se han ido abriendo conforme he ido dando un paso tras otro.
Pienso en la gente que he conocido, en las cosas que me han enseñado, en el dolor y la felicidad que hemos compartido. Hay tesoros en todas partes solía decir una amiga mía, hoy al paso de los años me doy cuenta de que ciertamente tiene razón, aún hoy a la vuelta de la esquina me encuentro con algo que quizás ha estado ahí desde tiempos inmemorables sin embargo para mi es algo nuevo y maravilloso, como siempre me ocurrirá pues perderé la capacidad de asombrarme.
Y algunas veces, sólo algunas veces, pienso en el rostro que alguien a quien ame y que aún hoy algunas veces anhelo volver a ver, y aún me pregunto si después de todo este tiempo aún cuando nos volvamos a encontrar, podré verme reflejado en sus ojos y saber así que nada ha cambiado, que lo que alguna vez fue sigue existiendo.
Quizás entonces me daré cuenta si lo que ahora me sucede es real y es tiempo de dejar lo que amé atrás, darle la espalda a la vida que planeamos, a las cosas que anhelamos juntos y seguir adelante con mi camino.
Me cuesta pensarlo pues de entre todos los tesoros que he encontrado has sido tú el más valioso, y hoy que solamente vives en mi recuerdo te pienso y ¿sabes? A veces, solo a veces, me gusta pensar que en ese preciso instante también tú piensas en mí